domingo, 3 de noviembre de 2013

Tónica Cósmica

Abandonó al fenómeno, quedando por siempre anclado en la vida de una roca desvanecida por el soplo de un niño.

Agradezco yo a ti
El secreto que recelosa me guardas
Como lúcida mariposa que agacha sus colores al asombro de la luna
Y que sin dejar menguar sus tumultuosos sabores
Descansa sobre la luz desperdigada de la primavera.

Moradora intempestiva del centro cardiaco
Parsimonia indulgente de la justicia antropófaga.

Agradezco yo a ti
Los giros que me provocas y los alientos que impávido me recogen
Porque de tu cuerpo estrellado
Competencia al sol errado
Evocas gracia pura del demonio liberado.

Eres la tónica cósmica de un universo talado
El acento de la vida que transcurre en la muerte de ella misma
Recordando las fracciones del oscuro de Efeso
El espanto de la permanencia y del roído hueso,
El licor y el almíbar sobre el silencio acallado.

Vicio crepitante de la armonía perenne
Lectura amancillada de las arenas impares
Cual tierra remojada gime agreste a las turgencias lunares
Incineras al cielo, ignición de los mares.
Sospechas de las coincidencias malévolas y serena nunca duermes
Con tus ojos destapados por la noche cuajada de oscuridad
Y despabilada con la carne ajada abriendo la hinchada eternidad
Me has pedido paciencia
Cuando yo reclamo vivirla, como un obsequio in fortuito
Porque es en la espera que respiro
Y en la llegada que agonizo.
La esperanza no es una vela encandilada
Sino un pabilo consumido
Parafina aguada, luz sin trémulo vilo.

09/09/03

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