Otro loco. Otra linterna.
De todo te libraste, huesuda y enjuta
Desististe de toda oportunidad existencial
De nada te lograste aferrar, méndiga astuta
Y ahora cargando, te veo, las cadenas de la
mortalidad.
Alabaste cotidianamente una porción fresca
de barro
Desnuda te vestías con el heno silvestre
del campo
Tratando de ocultar nulamente tu epidermis
descolorida
Nacida de los engranes y la mezcla aceitosa
diluida.
Ruido por el estruendo de la máquina
Alimentóse de la fortuna espiritual
Silencio por el descanso de la catrina
Que con fugaz desvelo pierde su sonrisa
habitual.
Tuerta te dejaron tus esfuerzos y trabajos
Por siquiera volverte al amanecer
Finitos se hicieron las teorías y los
andrajos
Y pronto de desdicha cubrieron de nuevo tu
piel.
La necedad e insensatez te consume cuando
inútil te martillas
Como hoja seca al viento de otoño desapareces
Creando con el cincel simples y llanas
astillas
Construyendo el sepulcro de tu próxima vida
Mueres y vives, eres y pereces.
De la nada germinaste y a la nada
regresarás
Hielo de fuentes sublimes y áridas
De emociones y luz jamás gozarás,
Si eres tu la que suplica e insiste por la
conformidad
Dulce hiel de tu destino y amargo fin de tu
eternidad.
La fe revolucionaria fue nuestra reflexión
primigenia
Proezas y claridad nuestro aroma inicial
Ahora son los hálitos pútridos los que
ingresan por las puertas de Corti
En espera de edificar el imperio de la
corriente fluvial.
Veo cadáveres en las máscaras y el disfraz
inconscientes
Gotas cayendo en el vacío privando de
esencia y entidad
A la próxima semilla que nunca la luz
reflejará.
Buitres capitalistas que dirigen a la
humanidad hacia el abismo.
Veo carroña y amorfos seres en la alegría
sin resonancia
Y en los refugios de la soledad
El corazón se ha pasmado
Y los tambores han dejado de pulsar
La humanidad se filtra por el arena del
desierto y se marcha, se va.
¡Ay amada, mi amada
dejaste de generar
para ser degenerada,
declinada,
menguada!
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