jueves, 6 de diciembre de 2007

Sobre la humanidad

La palabra "extinción" es una de las tantas expresiones que pululan en las bocas famélicas de cuantos por hablar no faltan. También se trata de un término que atemoriza principalmente a las masas. El hombre deja de ser lo que fue y lo que es, pues ha abandonado el cuidado en el ser en lugar de dejar ser a lo que es. Lo anterior no es más que un trabalenguas metafísico, una ristra de torpeza acumulada a lo largo de un tiempo registrado en el archivo de lo perdido, en el olvido de lo emigrado. La humanidad, más generalmente hablando, sostuvo tal vez nunca el poder entre sus manos. Su nombramiento seguramente pospuesto por decenios ha invertido su deseo original, su hambre le hace perder todo lo que tiene, su satisfacción olvidar todo lo que podría llegar a tener si pusiera el mínimo empeño, pero la adecuada concentración, en alcanzarlo.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Emulando la poesía concreta. Homenaje a la Navidad Alemana

Langsam
brennen Herzen
wo niemand sehen kann
Sonne gibt nicht mehr
Tod.

Und Wald.

Sonnig
kommt Hoffnung
in die Welt
da das Leben verändert hat
Licht.

Und Dunkelheit.

El ascenso

Subir representa bajar a lo más profundo,
clavar con la mirada al ente de la nada
escarbando con la luz la desdicha
forjando un aire nuevo de tinieblas.

Arriba es donde el mar te espera,
en lo más abismal del tiempo,
donde las almas de ti se acuerdan,
y la tierra comienza su recuerdo.

Se desliza el astro de la espera
trayendo la luz a cuestas
cuando el derrumbe del cielo avisa
el temblor de cenizas traviesas.

Sonar de silencios impares
derriban la cima del hilo
tejiendo del ser su palabra
volando hacia abajo sin tino.

martes, 6 de febrero de 2007

Anarquía en el celofán

Uno se enamora suspendido en una intersección temblorosa, desde las alturas y los lejanos abismos, una línea invisible nos separa, es la brecha entre la realidad y la ficción, entre el sueño de taquillas cerradas, y escenarios despiertos rellenos de merengue, dos protagonistas que se suben las faldas sugiriendo ventanas abiertas y manos cerradas. Las plantas de los pies saben a mostaza aunque hayan estado mucho tiempo dentro del frigorífico. Atrás me alcanza el futuro que corre junto al agua despavorido, no hierve pero me provoca cosquillas y llega un momento en elque no puedo contener la risa, ella me sonríe y el pasado de lava me tiene presente en erupciones semejantes a las lluvias de febrero, mes del acero que en el azúcar se funde.

sábado, 27 de enero de 2007