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Han
comenzado a despegarse las cáscaras más profundas de la dermis de las hojas mas
jóvenes
Yo por lo
pronto continúo en el regazo de la luna frente a un cráter invadido de soledad
No me
despego de aquella afición silvestre y aquilina ,
desde hace
unos meses tengo talvez la ingenua atracción por dos huérfanos deseos: volar amarte.
Un par de
miradas oblicuas aterrizan en la primera realidad
Anquilosados
pasos hacen de la tierra un ojo de agua
El filo de
las sombras me destapa y corta finamente
Cada
momento pasado se mineraliza.
Tener alas
y flotar como el vapor excluyente de todo sentimiento
Condensarte
en la exploración del mas mínimo resquicio
Todo fue
abandonado
Desde
aquella supernova trepidante, hasta la
sábana gruesa del manglar insidioso.
El vacío
impermeabilizaba la escena, y hasta hablar de tragedia y destino es imposible
El tiempo
y el espacio se habían esfumado, era una completa parálisis, casi catártica
Pero yacía
algo de mí, en una tranquilidad absoluta, que me perdía de esa noción
fantástica
Recordaba
sin poder hacerlo a las ballenas, a su canto somnífero, y a su prolífica
sepultura.
2
Aquí, la
suprema ficción, ahora, la narrativa más excelsa
Tú el
único deber del universo,
Antídoto
de la salud y de la enfermedad
Prohibición
del sueño, éter puro, plástica angosta.
Es posible
que en épocas previas hayas pensado en ser
completo y clave
Pero en
otros instantes el mundo se desmantela y es presentado como un ente solitario y
autónomo
El soliloquio
se inaugura o te desvaneces en la nimiedad del todo
Quieres
dejar por un momento el diálogo, pero te niegas casi naturalmente a descansar.
El alivio
queda a una legua equivalente a infinitos dedos pulgares alineados hacia el
oeste e inacabados
La escala
aumenta y tu ves el grosor de tu cuerpo desbordarse acaparando todo cuanto
puedes ver
La luz es
ahora aceite refinado y tus lágrimas se espesan como el lodo del verano
Insistes
inocentemente en el regreso al jamás pensado.
Te
desvistes y triste saltas invisible al bote encañado
Ahí solo
tú no puedes verte, lejos y aproximado
Como un
buen puñado de cabezas de cebolla
Despeinadas
y rígidamente prensadas contra la tabla del chef.
Fliu, lo
bueno es que solo quería volar amarte
México,
D.F. a 15 de enero de 2004
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