domingo, 3 de noviembre de 2013

Fliu

1

Han comenzado a despegarse las cáscaras más profundas de la dermis de las hojas mas jóvenes
Yo por lo pronto continúo en el regazo de la luna frente a un cráter invadido de soledad
No me despego de aquella afición silvestre y aquilina ,
desde hace unos meses tengo talvez la ingenua atracción por dos huérfanos deseos: volar amarte.

Un par de miradas oblicuas aterrizan en la primera realidad
Anquilosados pasos hacen de la tierra un ojo de agua
El filo de las sombras me destapa y corta finamente
Cada momento pasado se mineraliza.

Tener alas y flotar como el vapor excluyente de todo sentimiento
Condensarte en la exploración del mas mínimo resquicio
Todo fue abandonado
Desde aquella supernova trepidante,  hasta la sábana gruesa del manglar insidioso.

El vacío impermeabilizaba la escena, y hasta hablar de tragedia y destino es imposible
El tiempo y el espacio se habían esfumado, era una completa parálisis, casi catártica
Pero yacía algo de mí, en una tranquilidad absoluta, que me perdía de esa noción fantástica
Recordaba sin poder hacerlo a las ballenas, a su canto somnífero, y a su prolífica sepultura.


2

Aquí, la suprema ficción, ahora, la narrativa más excelsa
Tú el único deber del universo,
Antídoto de la salud y de la enfermedad
Prohibición del sueño, éter puro, plástica angosta.

Es posible que en épocas previas hayas pensado en ser  completo y clave
Pero en otros instantes el mundo se desmantela y es presentado como un ente solitario y autónomo
El soliloquio se inaugura o te desvaneces en la nimiedad del todo
Quieres dejar por un momento el diálogo, pero te niegas casi naturalmente a descansar.

El alivio queda a una legua equivalente a infinitos dedos pulgares alineados hacia el oeste e inacabados
La escala aumenta y tu ves el grosor de tu cuerpo desbordarse acaparando todo cuanto puedes ver
La luz es ahora aceite refinado y tus lágrimas se espesan como el lodo del verano
Insistes inocentemente en el regreso al jamás pensado.

Te desvistes y triste saltas invisible al bote encañado
Ahí solo tú no puedes verte, lejos y aproximado
Como un buen puñado de cabezas de cebolla
Despeinadas y rígidamente prensadas contra la tabla del chef.

Fliu, lo bueno es que solo quería volar amarte
  



México, D.F. a 15 de enero de 2004

No hay comentarios: